miércoles, 2 de noviembre de 2011

SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO CANCER DE VEJIGA

No existe una sintomatología específica en el cáncer de vejiga aunque la mayor parte de las veces se detecta por la presencia de sangre en la orina.

A veces la sangre no se ve en la orina pero se puede confirmar su presencia con un examen microscópico rutinario de orina.

Otras manifestaciones que pueden aparecer son:

Escozor o dolor durante la micción y la necesidad urgente y frecuente de orinar. Estos síntomas son muy parecidos a los de una simple infección de orina. Incluso pueden surgir juntas estas dos alteraciones, la infección y el cáncer. Se sospechará de cáncer de vejiga cuando no mejoren los síntomas de la infección de orina tras someterse a un tratamiento antibiótico.

También se pueden dar síntomas obstructivos que pueden llegar a la incapacidad de orinar o retención urinaria.

Para el diagnóstico se precisa de las siguientes pruebas:

La citología o examen microscópico de la orina puede detectar la presencia en ella de sangre y células anormales.

La ecografía abdominal permite valorar la presencia de un tumor en la vejiga, localizarlo, comprobar su tamaño y si existe obstrucción en la vejiga.

Una cistoscopia consiste en introducir un endoscopio (tubo con una lámpara eléctrica y un sistema óptico) en el interior de la vejiga, a través de la uretra, para visualizarla. Con esta prueba se visualiza directamente el tumor, su tamaño y situación. Se pueden tomar muestras del tejido de la vejiga distante al tumor, del tumor y de la orina para ver si contiene células cancerosas. Una vez, que se confirma el diagnóstico, tras la biopsia realizada por el patólogo, se puede extirpar el tumor a través del propio endoscopio, si no está demasiado desarrollado.

La tomografía computerizada (TAC o escáner) consiste en una emisión de rayos X desde distintas perspectivas y con la que se puede observar todo el cuerpo. Esta prueba es útil para comprobar la extensión del cáncer a otras zonas.

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